Todos creemos en algo, o no creemos en nada.
Pertenezco al bando de los que creemos en algo, religiosamente hablando.
Soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días, más comúnmente llamados "mormones".
Mis padres se conocieron en la Iglesia antes de que yo naciera, se casaron y formaron una hermosa familia.
Soy la mayor de 4 hermanos. Somos dos mujeres y dos varones, yo voy a cumplir 40 y mi hermana menor cumplirá 35. Los varones de casi 38 y casi 36 son los que están en el medio.
Uno nunca está preparado para las cosas que nos van a suceder a lo largo de nuestra vida.
Podemos tener una mera sospecha de que va a ser difícil o tal vez no, pero guardamos la esperanza de que sea una vida feliz y placentera....
Pero a veces, en un segundo, todo cambia.
Un accidente automovilístico - que no recuerdo, así que no sé qué pasó en ese segundo - cambió mi vida en un vuelco.
Y no solo mi vida, si no la de mi padre, que pasó de estar felizmente casado por 30 años, a estar viudo. Tenía 51 años, la misma edad que mi madre cuando ocurrió el accidente.
¿Cómo se sigue después de esa terrible situación?
Bueno, muchos reaccionan de distintas maneras porque somos diferentes, pero en mi caso, hubo algo - y alguien - que me ayudó a soportar ese "cambio de vida".
La religión forma parte de mi vida desde que tengo uso de razón, y si bien me alejé del camino un tiempo, regresé, y pude aprender que si o si uno depende de una fuerza superior para poder seguir adelante y soportar todas las pruebas que nos tocan vivir en esta vida.
La razón por la cual me decidí a compartir esta parte de mi vida, mi religión y mis convicciones, es para mostrar que si creemos firmemente en algo o alguien, eso puede ayudarnos a salir de los lugares más tenebrosos y dolorosos que podamos atravesar a lo largo de nuestra existencia, hasta que nos toque morir.
Y sé que me arriesgo a todo tipo de criterios, razonamientos, ideales, pensamientos, opiniones, hasta disenso en lo que pienso.
Pero si me arriesgo a todo eso, es porque quiero compartir algo que es parte de mi vida, y que sencillamente me hace feliz.
Tan feliz, que tengo otro blog donde comparto "mi nueva vida" en wheelchair/silla de ruedas, como la mamá de Damián, mi no tan retoño de 12 años, ojos castaños dulces y hermosos, metro setenta y el viento bajo mis alas, la razón por la cual, aparte de mi Fe, sigo en esta vida terrenal, preparándonos para lo que vendrá después...
Los temas que trataré en este blog, obviamente serán sobre religión, pero más que nada, cómo la religión y mi Fe en Dios, Nuestro Padre Celestial y en Jesucristo, me ayudaron a sobrellevar el accidente, la muerte de mi mamá, y todo lo que conlleva tener que cambiar una vida donde caminaba y era independiente, a una vida en silla de ruedas.
Y a pesar del accidente, y de todo lo que pasé y paso, puedo decir tranquilamente:
Soy feliz por ser quién soy, por tener mis convicciones y por pertenecer a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.