La Biblia dice que el Creador en 6 días hizo la tierra y en el 7º descansó.
Nosotros llamamos al día Domingo, el Día de Reposo.
Ese día, aparte de no trabajar (depende de las circunstancias, ya que hay personas que si o si tienen que trabajar en domingo), lo utilizamos para hacer ciertas actividades relacionadas con nuestra religión.
Los domingos los utilizamos para tener las reuniones dominicales en la capilla.
Tenemos clases de religión y participamos de de lo que llamamos la "Reunión Sacramental"
Estas reuniones se hacen generalmente por las mañanas.
En mi ciudad tenemos las reuniones dominicales de 9 a 12 del medio día.
Nos reunimos por edades, cada uno tiene su maestro y su clase respectiva, los adultos por un lado, los jóvenes de 12 a 18 por otro, y los niños con sus respectivas maestras.
Luego viene la reunión principal, que es donde participamos de los sacramentos, tenemos discursos dados por diferentes hermanos. Cantamos himnos y oramos.
Esta reunión es la más importante, porque al participar del agua y el pan, recordamos el sacrificio expiatorio de Jesucristo, es decir cuando fue crucificado y resucitó al 3º día.
Esto del agua y el pan es un simbolismo, ya que representa la sangre y el cuerpo de Jesucristo. Además es una manera de renovar los convenios que hicimos al bautizarnos.
Es un día dedicado al Señor.
Tratamos de alejarnos de lo mundano y de hacer cosas que nos acerquen más a Él. Si bien cada día de nuestra vida tenemos que acercarnos a Cristo, este día está dedicado solo a Él.
Aparte de no trabajar y de asistir a las reuniones en la capilla (que no es un Templo. Por acá lo que es un Templo.), preparamos nuestros alimentos con sencillez, dejamos la tele apagada, nos concentramos en estudiar las escrituras, en escribir correos a nuestros seres queridos y a aquellos amigos que tenemos sirviendo una misión; visitamos enfermos; visitamos a aquellos amigos que se han alejado del camino, pero más que nada, dedicamos ese día para acercarnos más a Cristo y prepararnos para empezar una semana con energías, es decir: con las pilas cargadas.
Yo siempre digo que el Día de Reposo es una manera de acercarme más al Salvador, ya que ese día, no sólo fue instituido para descansar, si no que es un día donde podemos pensar y meditar como seguir en este sendero estrecho y angosto que nos lleva a la Vida Eterna.
Y sobre todo, yo sé que guardar el día de reposo es: Una cuestión de Fe.