Una de las cosas que yo me preguntaba cuando tuve el accidente, es:
¿Por qué a mí?
Los dolores y la angustia de no saber qué me pasaba o como iba a terminar todo, eran tales, que las dudas asaltaban mi mente muchas veces.
"Castigo" era lo primero que se me venía a la mente.
No soy perfecta, cometo errores, pero eso es la vida: prueba y error.
Había sido madre soltera, así que había cometido un error: no había sido obediente a un principio que regía mi vida y que yo había aceptado seguir. Pero me había arrepentido y sabía que Dios me había perdonado, así que castigo no era.
Entonces tuve que seguir otro razonamiento.
Algo debía aprender....
Todos dependemos del Señor, de una u otra manera.
Tener Fe es creer en cosas que no vemos, pero que sabemos que existen.
"Es pues la Fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." [Hebreos 11:1 - Nuevo Testamento.]
Mi Fe había sido puesta a prueba.
Mi mamá había fallecido en el accidente.
¿Qué es lo primero que hacemos ante una muerte?
Buscamos culpables....
¿Y Quién es el primero que cae en la volteada?
Exacto: DIOS.
Pero gracias al Evangelio, a los principios que me había enseñado mi mamá, quién ya no estaba a mi lado, pero que sus palabras seguían dando vuelta por mi mente y mi corazón, a mi papá, a mis hermanos y a saber que esta vida es solo un paso en nuestra existencia eterna, me pude dar cuenta que Dios no tenía nada que ver.
Había tenido un accidente, no sé que pasó, no me acuerdo de nada - y no sé si me acordaré alguna vez -, pero Dios no tuvo la culpa, y no sabemos quién tuvo la culpa.... Solo sucedió.
Yo sé que mi mamá está esperándome. Que llegará el día en que resucitaremos y nos juntaremos otra vez. Que podremos abrazarnos y comprender que todo esto que pasó en nuestra existencia terrenal fue una prueba para darnos cuenta que nuestros caminos no son Los Caminos de Dios, que aunque no entendamos porque suceden las cosas, tenemos que aceptar que suceden con un propósito....
No sabemos los designios de Dios, pero lo que si sé, es que El es un Padre Celestial amoroso que nos ama y que está esperando que volvamos a Su Presencia.
Esta tierra es el lugar donde nos preparamos para regresar a El.
En esta tierra es el lugar donde pasaremos pruebas.
Algunas difíciles, otras fáciles, algunos tal vez no sufran ninguna prueba a lo largo de su vida; tal vez otros pasemos todas las pruebas; pero lo que yo sé es que si confiamos en Dios, Nuestro Padre Celestial y en Jesucristo Su Hijo, las cosas van a ser un poco más fáciles, no digo que van a ser FACILES, solo que tendremos Fe en que hay ALGO más allá de esta vida y que realmente vale la pena pasar por todo este estado probatorio.
Porque todo es: Una Cuestión de Fe.