miércoles, 14 de enero de 2009

"Mis caminos, no son tus caminos..."

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Una de las cosas que yo me preguntaba cuando tuve el accidente, es:

¿Por qué a mí?

Los dolores y la angustia de no saber qué me pasaba o como iba a terminar todo, eran tales, que las dudas asaltaban mi mente muchas veces.

"Castigo" era lo primero que se me venía a la mente.

No soy perfecta, cometo errores, pero eso es la vida: prueba y error.

Había sido madre soltera, así que había cometido un error: no había sido obediente a un principio que regía mi vida y que yo había aceptado seguir. Pero me había arrepentido y sabía que Dios me había perdonado, así que castigo no era.

Entonces tuve que seguir otro razonamiento.

Algo debía aprender....

Todos dependemos del Señor, de una u otra manera.

Tener Fe es creer en cosas que no vemos, pero que sabemos que existen.

"Es pues la Fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve." [Hebreos 11:1 - Nuevo Testamento.]

Mi Fe había sido puesta a prueba.

Mi mamá había fallecido en el accidente.

¿Qué es lo primero que hacemos ante una muerte?

Buscamos culpables....

¿Y Quién es el primero que cae en la volteada?

Exacto: DIOS.

Pero gracias al Evangelio, a los principios que me había enseñado mi mamá, quién ya no estaba a mi lado, pero que sus palabras seguían dando vuelta por mi mente y mi corazón, a mi papá, a mis hermanos y a saber que esta vida es solo un paso en nuestra existencia eterna, me pude dar cuenta que Dios no tenía nada que ver.

Había tenido un accidente, no sé que pasó, no me acuerdo de nada -  y no sé si me acordaré alguna vez -, pero Dios no tuvo la culpa, y no sabemos quién tuvo la culpa.... Solo sucedió.

Yo sé que mi mamá está esperándome. Que llegará el día en que resucitaremos y nos juntaremos otra vez. Que podremos abrazarnos y comprender que todo esto que pasó en nuestra existencia terrenal fue una prueba para darnos cuenta que nuestros caminos no son Los Caminos de Dios, que aunque no entendamos porque suceden las cosas, tenemos que aceptar que suceden con un propósito....

No sabemos los designios de Dios, pero lo que si sé, es que El es un Padre Celestial amoroso que nos ama y que está esperando que volvamos a Su Presencia.

Esta tierra es el lugar donde nos preparamos para regresar a El.

En esta tierra es el lugar donde pasaremos pruebas.

Algunas difíciles, otras fáciles, algunos tal vez no sufran ninguna prueba a lo largo de su vida; tal vez otros pasemos todas las pruebas; pero lo que yo sé es que si confiamos en Dios, Nuestro Padre Celestial y en Jesucristo Su Hijo, las cosas van a ser un poco más fáciles, no digo que van a ser FACILES, solo que tendremos Fe en que hay ALGO más allá de esta vida y que realmente vale la pena pasar por todo este estado probatorio.

Porque todo es: Una Cuestión de Fe.

domingo, 11 de enero de 2009

Creer o no creer, esa es la cuestión....

elcaminohacialaluz

Todos creemos en algo, o no creemos en nada.

Pertenezco al bando de los que creemos en algo, religiosamente hablando.

Soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días, más comúnmente llamados "mormones".

Mis padres se conocieron en la Iglesia antes de que yo naciera, se casaron y formaron una hermosa familia.

Soy la mayor de 4 hermanos. Somos dos mujeres y dos varones, yo voy a cumplir 40 y mi hermana menor cumplirá 35. Los varones de casi 38 y casi 36 son los que están en el medio.

Uno nunca está preparado para las cosas que nos van a suceder a lo largo de nuestra vida.

Podemos tener una mera sospecha de que va a ser difícil o tal vez no, pero guardamos la esperanza de que sea una vida feliz y placentera....

Pero a veces, en un segundo, todo cambia.

Un accidente automovilístico - que no recuerdo, así que no sé qué pasó en ese segundo - cambió mi vida en un vuelco.

Y no solo mi vida, si no la de mi padre, que pasó de estar felizmente casado por 30 años, a estar viudo. Tenía 51 años, la misma edad que mi madre cuando ocurrió el accidente.

¿Cómo se sigue después de esa terrible situación?

Bueno, muchos reaccionan de distintas maneras porque somos diferentes, pero en mi caso, hubo algo - y alguien - que me ayudó a soportar ese "cambio de vida".

La religión forma parte de mi vida desde que tengo uso de razón, y si bien me alejé del camino un tiempo, regresé, y pude aprender que si o si uno depende de una fuerza superior para poder seguir adelante y soportar todas las pruebas que nos tocan vivir en esta vida.

La razón por la cual me decidí a compartir esta parte de mi vida, mi religión y mis convicciones, es para mostrar que si creemos firmemente en algo o alguien, eso puede ayudarnos a salir de los lugares más tenebrosos y dolorosos que podamos atravesar a lo largo de nuestra existencia, hasta que nos toque morir.

Y sé que me arriesgo a todo tipo de criterios, razonamientos, ideales, pensamientos, opiniones, hasta disenso en lo que pienso.

Pero si me arriesgo a todo eso, es porque quiero compartir algo que es parte de mi vida, y que sencillamente me hace feliz.

Tan feliz, que tengo otro blog donde comparto "mi nueva vida" en wheelchair/silla de ruedas, como la mamá de Damián, mi no tan retoño de 12 años, ojos castaños dulces y hermosos, metro setenta y el viento bajo mis alas, la razón por la cual, aparte de mi Fe, sigo en esta vida terrenal, preparándonos para lo que vendrá después...

Los temas que trataré en este blog, obviamente serán sobre religión, pero más que nada, cómo la religión y mi Fe en Dios, Nuestro Padre Celestial y en Jesucristo, me ayudaron a sobrellevar el accidente, la muerte de mi mamá, y todo lo que conlleva tener que cambiar una vida donde caminaba y era independiente, a una vida en silla de ruedas.

Y a pesar del accidente, y de todo lo que pasé y paso, puedo decir tranquilamente:

Soy feliz por ser quién soy, por tener mis convicciones y por pertenecer a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

 

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