Los otros días leí un artículo (en inglés) donde un “erudito” decía que los mormones no éramos cristianos.
Si, exactamente un signo de interrogación así de grande se me apareció en la mente y me pregunté:
¿Leí bien o como estoy cansada estoy traduciendo en mi mente cosas que no son?
Pero no, este buen hombre argumentaba que tenemos que llamarnos mormones a secas y no “cristianos”.
Obviamente que no estaba – no estoy - de acuerdo con ese artículo (igual es respetable lo que piensa, ¿eh?, para eso estamos, para pensar y creer en lo que queramos ), así que inmediatamente busqué una fuente “neutral” sobre la definición de “cristiano” para ver si estaba bien lo que yo pensaba.
Según la RAE:
cristiano, na. (Del lat. christiānus, y este del gr. χριστιανός).
1. adj. Perteneciente o relativo a la religión de Cristo.
2. adj. Que profesa la fe de Cristo. U. t. c. s.
3. adj. coloq. Dicho del vino: aguado.
4. m. Hermano o prójimo.
5. m. coloq. Persona o alma viviente. Por la calle no pasa un cristiano, o ni un cristiano.
“Aja”, me dije – si, sepan que soy de las que, de vez en cuando, se habla a sí misma - “según las acepciones 1 y 2 soy cristiana aparte de mormona.”
No voy a meterme en temas doctrinales porque estoy medio fuera de práctica – pongámoslo de esa manera - pero si voy a decir algo que mencioné antes y que yo sé:
Soy mormona y soy cristiana.
¿Por qué? Vamos por partes.
1.- Pertenezco a La Iglesia de JESUCRISTO de los Santos de los Últimos Días. Jesucristo, Cristo, Jesús, El Salvador, Jesusito (como le dicen algunas viejitas, viejitas con cariño, obvio ), la iglesia es de Jesucristo, se basa en sus enseñanzas y nuestra doctrina está basada en el Evangelio de Cristo. Lo “de los Santos de los Últimos Días” es porque santos/santo se denominaba a aquellos que seguían a Cristo y a los Apóstoles en el Nuevo testamento. Y “de los últimos días” porque se restauró luego de una gran Apostasía y estamos cerca de la 2º Venida.
2º.- Nos dicen “mormones” porque a parte de la Biblia (si, La Santa Biblia) usamos otros libros de escrituras, uno de ellos, al que llamamos otro testamento de JESUCRISTO, es El Libro de Mormón. Por eso nos dicen “los mormones”, por El Libro de Mormón.
Pero nosotros, como la mayoría de las personas, creemos en Dios El Eterno Padre (Nuestro padre Celestial), en Jesucristo su Hijo y en el Espíritu Santo. Tres seres distintos, Dios El Padre y Jesucristo (seres glorificados que alguna vez fueron como nosotros) y el Espíritu Santo, que como bien su nombre lo menciona, es un personaje de espíritu con forma de hombre y es un espíritu debido a la misión que tiene de testificar sobre Dios El Padre y Jesucristo, el Hijo de Dios.
Mi vida está centrada en las enseñanzas de Jesucristo, o el Cristo, o El Salvador, como también lo llamamos. Si, ese Jesucristo que fue crucificado y resucitó a los 3 días; ese Cristo que enseñó “Ama a tu prójimo como a ti mismo”, “El que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”. El mismo que menciona la escritura Juan 14:6:
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”
Yo soy cristiana porque creo en Cristo, en Jesucristo mi Salvador.
Y soy mormona porque al decir “soy mormona” me relacionan más fácilmente con “la iglesia del nombre largo” .
¡Ah! Y también van a ver que en mi perfil de Twitter por ejemplo, aparte de #Mormona dice #SUD que significa Santo de los Últimos Días (#LDS: Latter Day Saint en inglés).
Así que ya saben, soy mormona y soy cristiana.
Y como dije anteriormente no voy a ponerme en filosófica ni hacerme la erudita porque no es mi intención. Pero sepan que he adquirido conocimiento (mucho, poco, depende del tema ) tanto por el estudio como por la fe.
He sido miembro de la iglesia toda mi vida. Mis padres se conocieron gracias a la iglesia. Es decir, ellos se unieron a la iglesia en su juventud, se conocieron, se enamoraron y se casaron, así que digamos que yo no estaría acá si no fuera por la religión.
Cuando tuve la edad suficiente fui maestra en muchas clases dominicales en varios cursos de doctrina y hasta salí a la misión (misión proselitista por 18 meses) cuando cumplí 21 años a predicar el evangelio de Jesucristo.
Tengo 42 para 43, y si bien he tenido mis altos y bajos (como todo en la vida, aparte me he tomado mis “años sabáticos” je ), puedo decir que tengo suficiente conocimiento de la doctrina – aunque uno nunca termina de aprender todo, obvio - pero no estoy acá para “adoctrinar” ni “obligarlos” a que crean lo que yo sé, simplemente en este blog voy a compartir con palabras sencillas porque soy mormona y cristiana sin necesidad de andar discutiendo ni entrando en controversias, porque como siempre digo yo soy feliz siendo miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y no hago mal a nadie.
Cuando habré tenido unos 12 o 13 años (no me acuerdo bien, los años no vienen solos, je ), una vez en la tele (para que vean que la tele a veces sirve, je je ) estaba mirando un dibujito animado japonés sobre samuráis. En medio de la historia, cuando alguien le dice al Samurái que no llegaba a comprender porqué él seguía esa filosofía de vida, este Samurái le respondió:
Porque no entiendas lo que hago, no significa que esté equivocado.
Apenas lo escuché, se me quedó grabado en la mente y siempre cuando alguien viene a “pelearme” o a cuestionarme mis principios y mis creencias, le respondo lo mismo:
Porque no entiendas lo que hago – o en mi caso en lo que creo – no significa que esté equivocada, simplemente pienso, creo y siento distinto, nada más.
¡Ah! Y por si no lo saben, a la edad de 29 años tuve un accidente que me dejó en silla de ruedas y como siempre digo, el conocimiento del Evangelio de Jesucristo, de que ese accidente fue eso, un accidente y que Dios no tenía nada que ver (lo primero que la gente hace es echarle la culpa a Dios de las cosas malas, ¿no?) y de otras cosas que después voy a contarles, puedo decir sin lugar a dudas que ser mormona y cristiana me salvó la vida, porque al fin y al cabo todo es una cuestión de Fe.
Cristo curando a un hombre ciego (Fuente de la imagen)